lunes, 12 de mayo de 2014

Belgrado

¡¡No hay una cosa que me guste más que los planes por la cara!!! Cuando hace una semana estuve en Belgrado fue una auténtica aventura.
Llegue allí desde Rumania, concretamente desde Timisoara, y cruzando la frontera en tren me adentré en una de las capitales que más me ha sorprendido de Europa.
Para empezar, nos pegamos un palizón para llegar de Sibiu ( Rumania ) a Timisoara , luego cambiamos el tren y llegamos a Belgrado, no sin antes detener durante más de una hora el trayecto para comprobar cada pasaporte y abrir maletas. Desde luego, fue algo muy chocante puesto que , desde que formamos parte del  espacio Schengen nos hemos olvidados de fronteras y controles , y el hecho de que te pida el pasaporte y te lo sellen parece algo lejano y pasado.
Una vez que lo cruzamos absolutamente todo ( solo por 20 euros), llegamos a Belgrado y desde luego mi impresión no pudo ser más buena.
Desde el primer momento me sentí muy segura y me sorprendió mucho la amabilidad de la gente, aunque no tuvieran mucho manejo del inglés, te intentaban ayudar lo máximo posible, indicándote la dirección o ayudándote a buscar un cajero.
Es increíble como se han recuperado tan rápido de todos los conflictos bélicos que les han azotado en las últimas décadas, ya no solo en relación a las infraestructuras sino también al carácter de la población.
Desde luego, recomiendo visitar esta gran ciudad en cualquier escapada, porque dudo que deje indiferente a alguna persona.
Por otro lado, es una cuidad barata , donde puedes moverte fácilmente y tiene un ambiente nocturno fabuloso, desde numerosos pubs, terrazas donde tomar una cerveza, como clubs donde bailar.
Es una ciudad cargada de historia, de recuerdos buenos y malos, y que ha resurgido de sus cenizas varias veces, puedes aprender en cada esquina.
No estuvimos mucho tiempo pero si lo suficiente para ver lo mas significativo,  como el barrio bohemio turco, el parque los estudiantes, el parlamento, el museo de guerra, la fortaleza y por supuesto, la iglesia ortodoxa más grande de Europa. Además el hecho de que sea una ciudad entre dos ríos la dota de un encanto mayor.
Nuestro hostal estaba muy cerca de la fortaleza y la visita era completamente obligada, y no nos defraudó, además de ver su buen estado por fuera, también es muy interesante visitar el museo de la guerra que alberga dentro, contiene toda su historia y el recorrido es sobrecogedor. En la parte externa  de la fortaleza hay una muy buena colección de tanques y armas de guerra, si os apasiona el tema caeréis rendidos a su encanto; además de una vista panorámica digna de una buena foto.
Otro lugar que me gustó mucho fue el parlamento, tanto de día como por la noche tiene un encanto especial, y una arquitectura preciosa, por no hablar de la buena iluminación que resalta al caer la tarde.
Creo que es una ciudad que invita a pasear puesto que no termina de ser muy grande y sus avenidas están conectadas muy bien, el único inconveniente que le veo es el alfabeto cirílico , que a veces dificulta un poco la orientación de la que dispones.

A continuación os dejo algunas fotos para que viajéis conmigo, espero que os gusten mucho.

¡¡Ya sabeis comentad y compartid!!

¡¡Mil gracias !!!!














 



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